En los experimentos telequinéticos, proyectamos la energía interna fuera de nuestro cuerpo hacia un objeto y, por lo tanto, influimos en su movimiento y lo hacemos de la manera que deseamos. De todas formas la proyección de la energía se realiza por el cuerpo y se difunde en el entorno, sin embargo, al enfocar nuestro pensamiento podemos activarla de una manera mucho más específica. En realidad el movimiento del objeto depende de la concentración de nuestro pensamiento.
Al principio, tratamos de mover objetos ligeros hasta que podamos controlar de alguna manera su movimiento. Hay que tener en cuenta que las habilidades de movilidad no son las mismas cada momento. A veces son débiles y otras se aumentan distintivamente, cuando se activa la función cerebral.
Al practicar experimentos telequinéticos, el cerebro funciona, enfoca la atención y fortalece la energía vital en el cuerpo, es decir, chi (chi o qi), como se le llama en la medicina china. Además, la capacidad de telequinesis tiene un uso práctico en la vida cotidiana. Por ejemplo, en la terapia energética la usamos para mover energía vital estancada y restaurar la salud. Además, transmitir el pensamiento a otra persona, es decir, la telepatía, tiene la misma función. Entonces, a través de esta práctica, se cura la baja energía vital, la distracción y las obsesiones.
Se enseña en una lección básica. Se pueden hacer citas prácticas. Seguramente la persona necesita practicar por su cuenta.
Las habilidades de telequinesis deben practicarse para ser utilizadas en el arte de ensoñar y las aplicaciones alquímicas.