En cuanto al control de la respiración, utilizamos tres respiraciones básicas, cada una con un efecto diferente en la parte del cuerpo donde funciona la postura correspondiente. La primera respiración relaja el cuerpo, lo alivia de tensiones innecesarias y le da elasticidad, la segunda fortalece y aumenta su intensidad y la tercera equilibra su intensidad y función.
En la segunda respiración, la de fortalecimiento, aplicamos dos manejos básicos de energía vital, mediante los cuales activamos los canales masculinos y femeninos del cuerpo. Los masculinos hacen que la energía vital fluya de adentro hacia afuera, mientras que las femeninas la empujan desde la periferia hacia el centro.
Con este arte, la persona cura su cuerpo de muchos desequilibrios y de hecho fortalece su energía vital, contribuyendo al mejor funcionamiento de su cerebro, lo cual a su vez ayuda a profundizar en la autoconcentración. Si alguien no desea profundizar en el arte de las posturas, se entrena en dos o tres posturas, que se realizan de pie y funcionan para todo el cuerpo, distribuyendo en total la intensidad, principalmente a la columna vertebral. Al ejercitar usos especiales de la energía vital y la respiración en estas posturas, los resultados son impresionantes, con solo 5-10 minutos de ejercicio diario.
Los ejercicios básicos se enseñan en una sola lección. Para el aprendizaje de posturas y respiraciones más especializadas, se imparten lecciones prácticas adicionales, si una persona desea profundizar en este arte. Las clases son individuales o en grupo.
Para la persona que recibe terapia corporal o practica el arte del movimiento o el arte de la autoconcentración, después de un tiempo, se sugiere practicar el arte de las posturas y la respiración para estabilizar el efecto de la salud y aumentar sus habilidades.